Característico del autismo en niños
En el libro: Desarrollo psicológico y educación (Marchesi, et al., 2017) se comentan algunas de las premisas básicas y generalizadas que definen a las personas con TEA, aunque esto no implica que haya otras personas con TEA que tengan otras particularidades. En términos generales son las siguientes:
- La alteración que mejor define estos trastornos se encuentra en la interacción y comunicación social, las personas que padecen este trastorno presentan limitaciones significativas a la hora de desarrollar interacciones recíprocas, emplear comunicación no verbal para regular la interacción y mantener y comprender las relaciones.
- Tienen muy poco trato con los demás a no ser que se encuentren en una situación en la que dependan de alguien para satisfacer sus necesidades, si no es ese el caso la persona tenderá a ignorar o contestar brevemente a la gente.
- Tiene dificultades para utilizar la mirada, no puedan regular adecuadamente la interacción social con los demás y es habitual que no sepan cómo coordinar la mirada con gestos o con el lenguaje.
- En lo referente a las emociones, aunque las personas con TEA puedan expresar su afecto y cariño generalmente no lo hacen, suelen ser poco expresivas y les es difícil entender las emociones que otros manifiestan.
- También suelen presentar movimientos repetitivos con el cuerpo o con los objetos, por ejemplo: agitar y aletear las manos, balancearse, abrir y cerrar puertas y cajones, entre otras cosas.
- Suelen desarrollar rutinas y rituales cuyo mantenimiento influye en las relaciones con los demás, incluso, en ellos mismos ya que puede suponerles un importante malestar si no los llevan a cabo.
- Las dificultades sociales de las personas con TEA suelen ir acompañadas de alteraciones en la flexibilidad mental y conductual. Si no siguen una rutina diaria o se ven sorprendidos por un hecho no imaginable, suelen llevarlo mal y provocarles una situación de ansiedad ante la sorpresa que se han llevado.
- Por otro lado, las personas con TEA suelen manifestar intereses no habituales, bien por su intensidad o bien por el tema. Por ejemplo, hay niños pequeños que tienen este trastorno y que se interesan mucho por ciertos objetos que de normal los niños no suelen interesarse a su edad, pueden ser las paradas del metro, las tuberías, la forma de medir la temperatura, etc.
- Otro tipo de alteraciones que tienen son las sensoriales, esto implica que reaccionan excesivamente (hiperreactividad) ante ciertos estímulos. Por ejemplo, se suelen alterar de manera desproporcionada ante sonidos o texturas determinadas. Por el contrario, puede manifestarse con una reacción limitada o escasa (hiporreactividad) expresando un umbral disminuido al dolor. Por ejemplo, a la hora de percibir la temperatura.
- En alteraciones psicológicas, la principal que se presenta asociada al TEA es la discapacidad intelectual, estudios epidemiológicos informan que de media son el 70% de las personas con trastorno autista y el 43,9% como consecuencia de algún trastorno general del desarrollo (Fombonne, 2005 en Marchesi et al., 2017).
- Junto a la discapacidad intelectual hay que destacar que también sufren dificultades en el lenguaje, entre un 10% y un 30% manifiestan problemas significativos en el desarrollo de la lengua (Mirenda, 2014).
- Otros trastornos también asociados TEA son el déficit de atención con hiperactividad, el trastorno obsesivo compulsivo, trastornos del estado de ánimo como pueden ser la ansiedad o la depresión, o problemas de conducta. Un 16% de las personas con algún trastorno general del desarrollo presentan alteraciones médicas asociadas, siendo la epilepsia la más relevante (Fombronne, 2005 en Marchesi et al., 2017).
- 13. El género influye en el TEA, es más frecuente en hombres que mujeres.
- La edad es otro factor relevante, los niños pequeños suelen presentar un descenso de conductas restringidas y repetitivas qué con la edad se van reduciendo. Lo más importante en este trastorno es poder tener la posibilidad de optar a tener una atención temprana especializada en la primera infancia, esto va a poder hacer que aumente las competencias y disminuyan los síntomas a corto y medio plazo en una gran mayoría de niños con TEA (Howlin y Moss, 2012).
En resumen, la heterogeneidad de los síntomas del TEA es muy vario pinta. La propia severidad del trastorno es un aspecto bastante importante a la hora de influir en la forma en que los síntomas se llegan a manifestar (Rivière, 1997 en Marchesi et al., 2017).